2 CUANDO DIOS PERMITE LAS PRUEBAS
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USTEDES NO SE ARREPINTIERON
Estamos experimentando una situación que, aunque ya se ha padecido en otras épocas a nivel mundial, para quienes vivimos en este siglo XXI, desde los mas ancianos, hasta los mas jóvenes, es la primera vez que la sentimos tan directamente. Contaré la historia de un señor quien hace muchísimos años, siendo muy joven, decidió que se dedicaría a trabajar en el transporte. Pero no cualquier transporte. En esa época no existían carreteras, ni medios de transporte. Este se hacía en mulas, llevando alimentos, correspondencia, materiales de construcción y en general todo lo que necesitaba trasladarse de una ciudad a otra. Este joven consiguió varias mulas, empacó sus cosas y emprendió la marcha por las montañas de la cordillera central de Colombia. No fue fácil. Era un camino escabroso, con los obstáculos propios de la naturaleza, como piedras, pantano, árboles caídos, caminos peligrosos. Ante la diversidad de climas que tenemos en Colombia imagino las inclemencias del clima a lomo de burro, cuanto sufrimiento sentiría en esas largas correrías. Pero él sabía que tanto sacrificio y esfuerzo valdría la pena, ya que de él dependería su futuro. Formó su familia y alcanzó a conseguir lo que cualquiera de nosotros hoy quisiera tener. Bienestar para su esposa e hijos y patrimonio para garantizar a sus hijos comodidad y una vida tranquila sin necesidades materiales. Una de las equivocaciones de este padre de familia, fue no motivar a sus hijos a estudiar y a valorar lo que él con esfuerzo consiguió y cuando tuvieron que administrar todo lo que les dejó, no lo supieron hacer y por malos administradores, acabaron con todo.
Al igual que un padre terrenal se preocupó por formar una familia y dejar un legado para sus hijos, la humanidad entera no es obra de la casualidad. Hubo Alguien muy especial que planeó todo un escenario para formar una familia a su modo. Creó todo lo que consideró necesario, para que el hombre viviera y disfrutara de su creación. Al mismo tiempo estableció unas leyes, en procura de que hubiera una armonía entre el ser humano y la naturaleza y entre los mismos seres humanos entre si. Sin embargo la relación entre las personas no fue la mejor, como tampoco lo fue entre las personas y ese Alguien llamado Dios. Al contrario del padre de familia terrenal de mi historia, quien con su esfuerzo le hizo la tarea a sus hijos muy fácil y por lo tanto no valoraron o no supieron como hacerlo, para conservar y hacer producir los bienes conseguidos por él, Dios ha permitido que se le presenten obstáculos al hombre, con el fin de que se de cuenta que no está haciendo las cosas bien, se arrepienta y vuelva al camino trazado para nosotros.
Esos obstáculos fueron escases de comida, falta de lluvia y en consecuencia no había agua para beber. faltaron los árboles frutales. Aparecieron las plagas, hubo calentamiento global. Se pelearon los hombres entre si, y murieron tanto hombres como caballos. Pero a pesar de todos estos acontecimientos, el hombre no se arrepintió de su mal proceder y no buscó a Dios.(Amós 4:6-11)
Dios nos sigue hablando, quiere ser nuestra guía, nos quiere ayudar, nos invita a dejar el miedo y la cobardía porque nos ama. (Deuteronomio 31:8). Aunque éstos pasajes de la biblia fueron escritos hace muchos siglos, aún esta vigente la maldad del hombre y la bondad de Dios. El es el mismo de esos tiempos y hoy también nos habla a través de las circunstancias que vivimos. Nuestras malas acciones traen consecuencias que Dios nos quiere evitar si lo tenemos en cuenta en nuestro diario vivir.
Todo lo que hoy en medio de esta pandemia estamos viviendo son las consecuencias de no obedecerlo. Él tiene el control, pero fuimos nosotros los que nos descontrolamos. Son muchos los argumentos que escuchamos sobre la causa de ésta pandemia. No sabemos a ciencia cierta que pasó, pero todos estamos viviendo las consecuencias de las malas decisiones de otras personas. Sin embargo es el momento para reflexionar como estoy viviendo yo mi vida. Todas mis decisiones personales, me afectan directamente a mi y a mi familia mas cercana. Pero también tiene repercusiones en otras personas.
Cobra vigencia Deuteronomio 31:8. Tres calamidades anunciadas en ésa época las estamos viviendo hoy:
1. Destrucción de cosechas y árboles frutales. ¡Cuántos campesinos hoy están viendo como se pierden sus cultivos, por no poderlos llevar al mercado! ¡cuantos productos perecederos se están perdiendo en las tiendas, o restaurantes por falta de compradores!. no porque no los necesiten, sino porque unas personas no tienen dinero y otros, aunque lo tienen no pueden salir a comprar.
2. Una plaga que hoy nos afecta a todos sin distinción de raza, sexo, condición social, nacionalidad.
3. La langosta terminaba con lo que no había destruido el viento o la plaga. Hoy vemos como la pandemia también afectó el mercado laboral, destruyendo empresas y grandes emporios comerciales que muy posiblemente jamás pensaron que tendrían problemas económicos.
Esta situación se debe a que Dios nos está llamando la atención, para que lo busquemos y le pidamos perdón por nuestras malas acciones. Escuchamos a muchas personas preguntarse donde está Dios que permite tanta "injusticia". Pero los injustos somos nosotros:
- Cuando buscamos ídolos en lugar de buscar a Dios
- Cuando se practica un aborto
- Cuando un hombre abandona su familia en lugar de protegerla
- Cuando un jefe explota a sus empleados
- Cuando se humilla a alguien
- Cuando se abusa de otra persona en condición de vulnerabilidad
- Cuando el vicio, las drogas y el alcohol destruyen personas y familias
- Cuando los negocios ilícitos perjudican a la humanidad
- Cuando los intereses personales se ponen por encima de los generales
- Cuando la corrupción le quita los derechos a unos para beneficiar a otros
- Cuando se mata sin ninguna contemplación

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