UNA BUENA COMUNICACIÓN

 

 LA ORACIÓN

Según la Real Academia Española, oración es una obra de elocuencia o razonamiento pronunciado en público a fin de persuadir a los oyentes o mover su ánimo. Gramaticalmente es aquella en que el sujeto designa la persona  o cosa que realiza la acción del verbo.
Recogimiento interior del alma, que eleva la mente a Dios meditando en Él. Etimológicamente la palabra oración viene del latín oratio, orationis 'discurso', nombre sacado de orare, antiguo verbo latino que significaba en principio el hablar y el decir solemne o religioso.

Aún desde antes de nacer el ser humano depende de otros para poder vivir. Cuando el bebé tiene hambre, frío o está enfermo, se manifiesta con llanto para pedir lo que necesita. Es propio de sus padres o progenitores entender la necesidad del bebé, para suplirla y de ésta manera calmar su llanto. Este niño en la medida que va creciendo, va a tener otras necesidades y es el adulto que tiene a su lado el encargado de suplirlas, ya que el niño no está en capacidad de hacerlo por cuenta propia. Algunos padres satisfacen sus necesidades de acuerdo a sus capacidades y enseñan a sus hijos a disfrutar lo que ellos honestamente le pueden brindar. Otros padres, hacen lo imposible por cumplir los caprichos de sus hijos y los malcrían concediéndoles todo lo que piden, al punto de no negarles algo y si tienen que endeudarse para hacerlo, lo consiguen al costo que sea. Estos hijos se vuelven exigentes, caprichosos y hasta groseros pues se sienten con autoridad para hacer que sus padres les den lo que desean. Pedir conforme a la voluntad de quien nos puede otorgar algo, es obtener lo que necesitamos. Un jefe no puede pedirle a un empleado que realice una actividad para la que no está preparado. Igualmente un empleado no puede pedirle a su jefe, prebendas que no puede cumplirle. Un padre no le puede pedir a un hijo respeto si antes no le ha enseñado a respetar con su ejemplo. 

En la Biblia encontramos muchísimos versículos que nos enseñan a pedirle a Dios. Es importante saber que Él nos responde, no porque seamos buenos, sino porque Él es misericordioso.

Orar es hablar con Dios. Aunque Él sabe todo de nosotros, quiere que le hablemos y abramos nuestro corazón ante las diversas situaciones que se nos presentan. ¿Quiénes le pueden pedir?  Son muchísimos los versículos que responden ésta pregunta. He aquí algunos:

1. Los fieles. Salmo 4:3
2. Los justificados. Salmo 34:15
3, Los que esperan con paciencia a su respuesta. Salmo 5:3
4. Los que apelan a Su Misericordia y no los que se sientan rectos. Daniel 9:18
5. Los insistentes. Lucas 18:1-8
6. Los que guardan la Palabra. Juan 15:7
7. Los agradecidos. 1 Tes.5:16-18
8. Los que piden conforme a su voluntad. 1 Juan 5:14


¿Cómo debemos pedir?

1. Debemos pedir en el nombre de Jesucristo. Juan 14:13-14
2. Con pureza de corazón, sin enojos ni contiendas.1 Timoteo 2:8
3. Siendo concretos. No usar vanas palabrerías Mateo 6:7-8
4. Orando en secreto. Mateo 6:6
5. Manteniendo sobriedad y la mente despejada. 1 Pedro 4:7

En nuestra vida cotidiana, nos ufanamos de tener ciertas amistades. Si  entre nuestro círculo de amigos, hay personas de cierta relevancia dentro de la sociedad, nos gusta hablar con ese personaje. Con mayor razón debemos vivir motivados a hablar con Dios. Una vida cristiana sin hablar con Dios, carece de sentido. Leí alguna vez que la oración toca a Dios, pero que muchos de nosotros fallamos en la oración. Es importante ser INTENCIONALES en nuestra diaria comunicación con Dios. Cuando no le hemos dado mucha importancia a ésta relación, generalmente las ocupaciones del día no nos permiten disponer de tiempo con calidad para hablar con Él. Orar no es darnos la bendición y salir. 

Existe una frase que se escucha mucho en asuntos judiciales y militares. MODO, TIEMPO Y LUGAR.
Aplicar estas palabras a la oración es muy importante, porque si decidimos comunicarnos con Dios, debemos hacerlo con reverencia y calidad (MODO), con tranquilidad y sin afanes (TIEMPO) y en un lugar donde nadie ni nada interrumpa (LUGAR).

Muchas veces decimos que Dios no nos responde o no nos escucha. Hacer oraciones light no dan ningún resultado. Un buen modelo de oración es el PADRE NUESTRO. Pero no rezado, sino ORADO.
Cuando oramos, le ponemos el sentido común a lo que estamos diciendo o pidiendo:
¿Cuánto tiempo estamos dedicando a la oración? 
¿Disponemos de un lugar tranquilo para orar?
¿Hemos enseñado a nuestra familia a no interrumpirnos cuando estamos orando?
¿Cerramos la puerta de nuestra habitación, de nuestra mente, del celular?
¿Hemos dispuesto una hora específica para orar?
¿Leemos la biblia para orar? Ésta es la mejor fuente de inspiración. Cuando leemos y oramos al mismo tiempo, evitamos caer en la monotonía, porque la Biblia nos inspira.
La oración no debe ser un sinnúmero de órdenes que le damos a Dios para que nos las satisfaga. Tampoco debe ser una cadena de lamentos. Si bien es cierto en la oración le contamos a Dios lo que nos está sucediendo y lo que estamos necesitando, también es el momento de alabarlo, de agradecerle, de reconocer lo bueno que ha sido con nosotros. también de interceder por otras personas. 

 Hechos 2:42
Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.


Si le abres tu corazón a Dios, Él hará cambios en tu vida. Serás transformado y volarás como un águila,


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