CAMINO AL CIELO

 

CAMINO AL CIELO

Me encanta contemplar el paisaje cuando voy en un avión, porque puedo ver desde lo alto la majestuosidad de la naturaleza. Desde esa altura se aprecia perfectamente el trazado de las carreteras, el cause de los ríos y los distintos accidentes geográficos que lo conforman. Si el avión no lleva mucha altura alcanzo a ver los vehículos que van en ambas direcciones. Son muchos los pensamientos y reflexiones que se me vienen a la mente al contemplar la grandeza de la creación, del CREADOR y la inteligencia del ser humano. Entre muchas reflexiones me pregunto como hicieron nuestros antepasados para trazar dichas carreteras cuando no había tanta tecnología y pudieron conectar el punto A con el punto B. Igualmente en mi ignorancia total sobre el tema, admiro los navegantes, sea por aire o por mar que saben perfectamente por donde dirigir las naves para llegar a su destino. Así como toda clase de vehículo debe seguir una ruta ya trazada con anterioridad por personas que se preocuparon por señalarlas, el ser humano también aún desde antes de su concepción, tiene trazada una ruta para que pueda llegar a su destino. 

Dios nos envió a ésta tierra para cumplir un propósito, pero también para llegar a un lugar específico. ¿Qué le sucede  a un avión, un barco, un carro o cualquier medio de transporte cuando se desvía de la ruta? No solo es probable que no llegue al destino, sino que se puede accidentar. Exactamente eso es lo que nos está sucediendo a los seres humanos. Dios nos trazó una ruta para que la siguiéramos, pero desde que nacemos queremos hacer nuestra voluntad. Estoy segura que si desde el avión alcanzo a ver un vehículo que se ha desviado y va camino a un abismo, me preocuparia mucho, porque desde la altura en que estoy no puedo hacer algo para avisarle del peligro. Pero Dios en su sabiduría no solo percibió el peligro, sino que nos dejó unas instrucciones para que no perdiéramos el camino al cielo, que es el destino final a donde nos quiere llevar.

Algunas de esas instrucciones están escritas en Éxodo 20

"15.No robarás. 16.No darás testimonio falso contra tu prójimo. 17.No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo."
Exodo, 20 - Bíblia Católica Online

Dios está en contra del robo y la codicia. Cuando Jesús se airó en el templo estaba mostrando el amor del Padre por sus hijos. A Él no le importaba la edificación, sino en donde estaba puesto el corazón de las personas. Hoy con la llegada del Espíritu Santo, somos SU TEMPLO. Él es un Dios celoso y anhela que este templo solo sea para Él.

"Ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios. 11.Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios. "

I Corintios, 6 - Bíblia Católica Online

19 ¿No saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que Dios les ha dado, y que el Espíritu Santo vive en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños.

1 Corintios 6:19 DHH94I

https://bible.com/bible/52/1co.6.19.DHH94I


Jesús espera que todos nosotros demos muchos frutos: algunos de ellos son

1. Del Espíritu Santo: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza o dominio propio. Galatas 5.22

2. De arrepentimiento. Mateo 3:8

3. Permaneciendo en el Señor. Juan 15.5

4. Con nuestra lengua, en ella hay poder de vida. Prov.18:21

5. Glorificando al Padre. Juan 15:8

6. Fruto de justicia. Santiago 3:18

Tres acontecimientos que sucedieron seguidos, nos llevan a reflexionar sobre los frutos que estamos dando:

1. La entrada gloriosa de Jesús a Jerusalén

2. La ira de Jesús en el templo

3. La maldición de la higuera.

Acostumbramos orar y alabar a Nuestro Señor, después nuestras acciones no son tan santas y muy seguramente también lo AIRAMOS. Aunque Dios es paciente y misericordioso, nos da la oportunidad de arrepentirnos para que no nos sequemos por no dar fruto, como le sucedió a la higuera. 

Que testimonio estas dando a tu familia, a tus amigos y a la sociedad?

¿Cómo estas viviendo la vida?

¿Que frutos estás dando?

¿Vas camino al cielo?

Si sientes que le estás fallando al Señor, te animo a que inicies una relación personal e íntima con Él.  Nunca es tarde para hacer cambios positivos.


teometamorfosis.blogspot.com                                                         



Escrito por: Maria Teresa Blandón de Vergara

Comentarios

  1. Bien lo has dicho Maité, Dios tiene una vista desde lo más alto para saber que camino nos conviene, pero también cómo vamos enrutados.
    Como lo dice en Su palabra Isaías 55:8
    "Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos —declara el Señor."

    Asi que Él si ve hacia dónde vamos y cómo vamos. Por esta razón seríamos muy torpes para no querer pedir Su dirección y sobretodo no escuchar Su consejo y obedecerle.

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    1. Bien lo dices, "seremos torpes". Desafortunadamente eso hacemos muchas veces. Metemos la cabeza por donde nos parece sin pedir dirección de Dios y después nos estamos lamentando.

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  2. Complemento
    Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
    Isaías 55:9

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    1. gracias unkown por tu"complemento" muy apropiado para el tema que nos concierne. Y gracias por tomarte el tiempo para leer y comentar.

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  3. 😉🙏🏼 Bonita comparación en tu historia.

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