NO ME DESAMPARA NI DE NOCHE NI DE DÍA

¿QUIEN NO TE DESAMPARA?

Hay un dicho popular que dice que las cosas se valoran cuando se pierden. Conozco familias compuestas por padres y hermanos, pero hay peleas y discordias constantes entre ellos. Una persona que goza de buena salud, realiza actividades muchas veces riesgosas que ponen en peligro su integridad. En la juventud se presentan oportunidades de  concretar planes, sin embargo decidimos aplazarlos para mas tarde. Algo tan simple como respirar, se puede volver difícil por una enfermedad, por un accidente o por una contaminación del medio ambiente entre muchas otras causas. Cuando todo lo tenemos o simplemente es obvio su disfrute, en muchas ocasiones no le damos el valor que merece. Por ejemplo, cuantas personas anhelan tener una familia y no la tienen? ¿Cuántas otras desean disfrutar de buena salud y no lo consiguen? ¿Cuantos muchachos hubieran deseado contar con los recursos necesarios para estudiar y por falta de dinero no pudieron concretar sus sueños? Así como en muchas ocasiones es obvio vivir en familia o tener buena salud para hacer lo que se nos antoja y aún hasta respirar, estoy convencida que si algo de ésto nos faltara, aprenderíamos a valorar la familia, la salud y el tiempo.

Algo parecido nos sucede en nuestra relación con Dios. No la valoramos, no porque la hayamos perdido, sino porque no hemos aprendido a disfrutar su compañía. Creemos en Él y sabemos que Él existe, pero no nos relacionamos con Él, no lo consultamos para tomar decisiones, no le pedimos perdón cuando le fallamos.

Cuando desde niña oía hablar de Dios y de su amor, puedo manifestar que lo sentía como alguien tan normal e invisible como el aire que respiro; sabía que ahí estaba, pero no sabía en donde ni como relacionarme con Él. Muchas personas inclusive creen que Dios se olvidó de ellas o está muy ocupado en otros asuntos y creen que Él está muy lejos o no se ocupa de peticiones que creemos son insignificantes. Pero desde que empecé a tener una RELACIÓN PERSONAL E ÍNTIMA con Él, aprendí que la mejor inversión de mi tiempo es en Él. ¿Por qué esperar a estar anciana para relacionarme con Dios? ¿Por qué esperar a tener una pérdida para buscar a Dios?

La esencia principal de Dios, es el AMOR. En pocas líneas es difícil describir el amor de Dios. Necesitamos entender que el amor de Dios no se asemeja al amor que sentimos por algo o por alguien. No es erótico. Cuando ese algo o alguien nos agrada, sentimos atracción hacia él y llegamos a amarlo a "nuestra manera". Sin embargo el amor de Dios se manifestó y se sigue manifestando hacia los pecadores. El mismo Jesucristo dijo en Lucas 5:32:

"No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento"

En Mateo 9:12 expresó :

"Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos".

Con éstas frases quiso expresar que con su amor quería atraer para sí, personas difíciles de amar, personas que iban por el camino equivocado, personas que no eran agradables para la sociedad. Para nosotros amar personas con éstas características es casi imposible hacerlo. Las hacemos a un lado, nos alejamos de ellas, pero lo que menos anhelamos es buscar tener una relación con ellas.

El apóstol Pablo ha utilizado la palabra griega “ÁGAPE”, cuando se refiere al sentimiento del amor, que no es pasional ni erótico, ni filial. Es un amor que anhela el bien del otro sin depender de sus méritos y se manifiesta en cualquier circunstancia.

¿Estás esperando que se acabe tu juventud para buscar a Dios?

¿Necesitas perder un ser amado, tus finanzas o la salud para comenzar una relación con Dios?

¿Qué pérdida te movería a buscar a Dios a Su manera y no a la tuya?

¡Ánimo nunca es tarde para empezar!

Hebreos 13:5b

"No te desampararé, ni te abandonaré"

teometamorfosis.blogspot.com




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