LA ENVIDIA

 


LA ENVIDIA


LA ENVIDIA
La infidelidad, la envidia, el odio, pueden sacar del corazón acciones que le pueden ocasionar mucho daño a alguien, pero al mismo tiempo a la misma persona que lo está sintiendo. 

En 1 Samuel 23:10-14 David es perseguido por Saul su suegro y quien fuera el primer rey de Israel. David vivió en carne propia la envida y la persecución, pero la mano de Dios siempre estuvo con él y Saul no lo pudo matar.

Muchos ejemplos de envidia leemos en la Biblia. Caín mató a Abel porque sintió envidia al ver que a Dios le agradó la ofrenda de Abel y no la suya. Coré tuvo envidia de Moisés. Raquel la esposa de Jacob (Israel) sintió envidia de su hermana que si le había dado hijos a Israel. Los hermanos de José uno de los hijos menores de Jacob, le tenían envidia y lo vendieron a unos ismaelitas. Los sacerdotes entregaron a Jesús por envidia.

La Biblia nos advierte de los peligros de sentir envidia. Ésta no solo puede convertir a una persona en asesina, sino que le causa enfermedades mentales y físicas. Puede llevar a una persona a sentir angustia, depresión, insomnio y a no disfrutar de la vida.

La envidia pudre los huesos. Proverbios 14:30
Produce perturbación. Santiago 3:16

Un caso reciente conocido en nuestro país es el de los hermanos Leal. Su rivalidad fue el producto de la envidia la cual causó problemas familiares, laborales y económicos a tal grado que todo terminó en dos asesinatos y por consiguiente en una gran tragedia familiar. 
Proverbios 3:5 nos invita a poner nuestra confianza en Dios, no en lo que sabemos y a consultar a Dios en todas nuestras acciones, para que Él nos ayude. 

Eclesiastés 4:4 Vi además que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento! Marcos 7:20-23aunque también decía que lo que contamina es lo que sale de la persona. Porque de adentro del corazón humano salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios, las avaricias, las maldades, el engaño, la lujuria, la envidia, la calumnia, la soberbia y la insensatez.
Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona.
¿Cómo está tu relación con Dios? 
Una buena manera de medir ésta relación, es analizar como está nuestra relación con las personas que nos rodean.


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