COMUNICACIÓN

 

ORAR

Comunicar es la transmisión de señales mediante un código común entre el emisor y el receptor.

Desde niña mi madre nos enseñó a REZAR, lo hacíamos cuando nos íbamos  a dormir en las noches. Como todo niño (eramos 4) nos distraíamos con cualquier cosa y mi madre en medio del rosario nos "regañaba" porque no estábamos concentrados.  Confieso que a mis hijos, nunca les enseñé a rezar, ni mucho menos con mi esposo dedicamos un tiempo para ello.

Venir de NADA a comenzar a ORAR, fue un proceso que se demoró muchos años no solo para aprender, sino para SACARLE GUSTO AL HACERLO. 

Leí alguna vez una frase de Leonard Ravenhill (pastor cristiano británico del siglo XX) que dice: "La cenicienta de la iglesia actual es la oración. Esta criada del Señor es despreciada y desechada, porque no se adorna con las joyas del intelectualismo, ni las brillantes sedas de la filosofía, ni con la impresionante tiara de la psicología. Lleva los delantales de honesta sinceridad y humildad. No teme arrodillarse. El defecto de la oración, humanamente hablando, es que no se apoya en la eficiencia mental. La oración requiere una sola cosa: espiritualidad. No se necesita indispensablemente la espiritualidad para predicar, esto es, para dar sermones con perfección homilética y exactitud de exégesis. La predicación toca a los hombres, la oración toca a Dios. La predicación afecta al tiempo, la oración a la eternidad. El púlpito puede ser un escaparate para exhibir nuestros talentos; la oración significa lo contrario al exhibicionismo."

Hablar con Dios a su manera es aprender lo que la Biblia nos enseña en Mateo 6:7-8

»Cuando alguno de ustedes ore, hágalo a solas. Vaya a su cuarto, cierre la puerta y hable allí en secreto con Dios, su Padre, pues él da lo que se le pide en secreto.

 »Cuando ustedes oren, no usen muchas palabras, como hacen los que no conocen verdaderamente a Dios. Ellos creen que, porque hablan mucho, Dios les va a hacer más caso.  No los imiten, porque Dios, nuestro Padre, sabe lo que ustedes necesitan, aun antes de que se lo pidan.

Cuando nos disponemos a aprender a comunicarnos con Dios, es como cuando queremos que nuestros bebés aprendan a caminar. Los vamos soltando poco a poco, hasta que ya no pierden el equilibrio y pueden hacerlo solos. El problema radica en que muchas veces los que están mas aventajados "espiritualmente" hablando, no le dan oportunidad a los bebes espirituales para que suelten su lengua; nos deben dejar hablar sin criticar porque tal vez dijimos algo incorrecto y animarnos a hacerlo solos.

Como bien lo dice el Pastor Ravenhill, la oración es la cenicienta de la iglesia y de muchas personas. Pero si nos concientizamos de que la oración "toca a Dios" y "afecta nuestra eternidad" ponemos todo nuestro interés por aprender a COMUNICARNOS CON DIOS en primer lugar y con el prójimo obviamente.

¿Cómo es la calidad de tu COMUNICACIÓN CON DIOS?

¿Sacas el tiempo necesario para hablar con Él?

Utiliza tus propias palabras y saca de tu corazón lo que quieres hacerle saber a Dios y muy seguramente aprenderás a COMUNICARTE CON ÉL. El Señor sabe lo que necesitas, pero quiere escucharte. La Biblia es la mejor fuente para aprender a hablar con Dios.


teometamorfosis@gmail.com



Comentarios

  1. Yo personalmente he visto que Dios escucha mas mis oraciones mas cortas, esas que hasta me da temor repetirlas, que son dichas de forma muy espontánea.

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