4. NO NOS DEJES CAER EN TENTACIÓN

7.  NO NOS DEJE CAER EN TENTACIÓN. 

De hacer lo que a Dios no le agrada. De desobedecerlo. No ceder a la TENTACIÓN de no perdonar, de guardar rencor, de hacer algo dañino contra la persona a quien no queremos perdonar (venganza).

Quien nos tienta no es Dios. En algunas ocasiones tampoco es satanás. Somos nosotros mismos cuando nos dejamos llevar por nuestros propios deseos de la carne. Pornografía, avaricia, glotonería, vicios, infidelidad son producto de dejarnos llevar de NUESTROS MALOS DESEOS. 

Santiago 1:12-15 DHH

[12] Dichoso el hombre que soporta la prueba con fortaleza, porque al salir aprobado recibirá como premio la vida, que es la corona que Dios ha prometido a los que lo aman. [13] Cuando alguno se sienta tentado a hacer lo malo, no piense que es tentado por Dios, porque Dios ni siente la tentación de hacer lo malo, ni tienta a nadie para que lo haga. [14] Al contrario, uno es tentado por sus propios malos deseos, que lo atraen y lo seducen. [15] De estos malos deseos nace el pecado; y del pecado, cuando llega a su completo desarrollo, nace la muerte.

SEGUNDO TEMA: insistir, persistir y nunca desistir.

8. Vs8 IMPERTINENCIA significa importunidad molesta y enfadosa.

Necesitamos al Señor en cada momento. No importa la hora. El siempre nos escucha.  Él nos enseña a ser impertinentes con Él mismo.  Nosotros le fallamos a alguien a quien le hemos ofrecido nuestra ayuda incondicional y si se vuelve repetitivo nos molesta. Con Dios no es así. 

Como la oración debe ser permanente y constante, Jesucristo aprovechó este momento para enseñarles ya no a orar, sino a ser perseverantes. Jesucristo une el tema de enseñarles a ORAR con la constancia para hacerlo. La comparación de la persona inoportuna para pedir un favor con la enseñanza de la oración también es relevante, porque Dios no siempre contesta las oraciones inmediatamente, como tampoco satisface nuestros deseos tal como se los pedimos. En ese proceso de espera de una respuesta,  Él está moldeando nuestro carácter.

Señor ayúdame a apartarme de todo aquello que me tienta. En mi carne débil no logro resistir la tentación, pero contigo si lo podré lograr.  Ayúdame a no soltar mi mano de la tuya para no resbalar. 

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